Las empresas trabajan cada día en un entorno cada vez más competitivo y si quieren que su marca destaque de entre todas sus competidoras, una de las mejores estrategias que puede utilizar es la diferenciación, lo que se puede convertir en una importante ventaja competitiva.
Si nos ponemos en la piel de cualquier consumidor, nos despertamos cada mañana y desde el momento en que escuchamos la radio mientras desayunamos o vamos camino de nuestro trabajo, estamos expuestos a decenas de marcas que a través de diferentes formatos de comunicación tratan de llegar a nosotros y que nos quedemos con su imagen y el mensaje que nos quieren trasmitir.
Pero la realidad es que un consumidor se queda, como media, con un máximo de 7 marcas de una determinada categoría de productos y frente a todo ese bombardeo que recibe el consumidor… ¿como conseguir que nuestra marca sea una de las recordadas?
La respuesta es simple, pero conseguirlo con es tan sencillo, se trata de la diferenciación. Ser diferente al resto es la clave para destacar frente al resto, conseguir mostrar algo que nos haga únicos ante los ojos del consumidor. La diferenciación supone una ventaja competitiva, un concepto clave en el mundo del marketing y que todos deberíamos marcarnos a fuego, porque en mercados tan competitivos como los actuales, en cualquier sector, es muy complicado sobrevivir si no se cuenta con alguna ventaja competitiva que podamos mantener en el tiempo.
Lo primero que deberíamos hacer a la hora de definir nuestra estrategia de diferenciación es responder a una serie de preguntas relacionadas con nuestros propios productos o servicios, con nuestros clientes y con nuestros competidores. Algunas de estas preguntas podrían ser: ¿qué hace a mis productos/servicios diferentes del resto?, ¿qué necesidades cubren?, ¿qué buscan mis clientes al adquirirlos?, ¿qué productos/servicios ofrecen mis competidores?, ¿en qué destacan ellos? y en general todas las cuestiones que puedan ayudarnos.
Quizás en este sentido lo mejor que podríamos hacer sería un análisis DAFO (Debilidades, Amenazas, Fortalezas, Oportunidades) actualizado para saber exactamente el punto en el que estamos y a partir de ahí poder desarrollar con éxito nuestra estrategia de diferenciación.
Ahora que ya sabemos donde estamos, el siguiente paso sería ver hacia donde orientamos nuestra diferenciación. La opción que puede venirte primero a la mente es diferenciarte en precios, es decir, una estrategia de precios baratos.
Esta estrategia es un tanto arriesgada si sólo pretendemos diferenciarnos en precio, ya que lo más normal es que tarde o temprano llegue otro que baje los precios aún más que tú y entrar en una guerra de precios difícilmente tendrá un final feliz para tu negocio.
Por lo tanto es mejor diferenciarse de otras maneras y en este sentido, aprendiendo de quienes más saben, vamos a ir a las estrategias de diferenciación que propone Philip Kotler, economista norteamericano y mayor gurú reconocido del marketing moderno.
Se trata entonces de, en base a nuestros recursos y capacidades, ver en donde vamos a diferenciarnos y ponernos manos a la obra. En todo caso, para que toda estrategia de diferenciación funcione y como último paso dentro de nuestra estrategia, deberíamos considerar todos estos atributos para la estrategia de diferenciación: que sea relevante (percibida por un número considerable de consumidores), que sea diferente (que no la esté utilizando ya otro competidor), que sea difícilmente imitable (para que dure más en el tiempo), que sea asequible (con un precio razonable para el cliente) y finalmente que sea rentable (que los costes de implantación sean recuperables con los ingresos generados).
Diferénciate, no pierdas más el tiempo, obtén tu ventaja competitiva…